Durante los últimos 20 años han desaparecido cerca del 60 por ciento de los ganaderos de Cuernavaca, ya que de un padrón de 280 ganaderos que habían en la capital morelense, hoy en día solo quedan 96, mismos que están distribuidos en los ejidos de Acapantzingo y Santa María Ahuacatitlán.
El regidor de Cuernavaca, Cristian Pérez, señaló que debido a la urbanización, además de los altos costos en insumos de ganadería y el poco interés que las juventudes tienen en las actividades del campo, ésta ha ido disminuyendo.
«La ganadería y agricultura en la ciudad están representadas por adultos de edad avanzada, hoy en día somos muy pocos los jóvenes que nos dedicamos a la actividad del campo», indicó.
Abundó que aunado al desinterés por dedicarse a las actividades agrícolas y ganaderas, también se suma la cantidad de ganado que es sacrificado diariamente, alrededor de 100 animales, por lo que no alcanzan a recuperar la cantidad de cabezas de res que son sacrificadas.
El regidor agregó que también el mantenimiento de los animales se ha incrementado, por lo que resulta un gasto para quienes se dedican al campo.
Debido a esta reducción en la actividad ganadera, Cristian Pérez adelantó que podría darse un incremento en los productos cárnicos puesto que en los últimos meses los insumos para ganadería, como sorgo y maíz, han tenido un incremento de hasta el 60 por ciento.
«Teníamos al inicio la trilla entre cuatro mil y cuatro mil 200 pesos cuando ahorita tenemos costos por arriba de los 10 mil pesos», explicó.
Asimismo, señaló que buscará mejorar la calidad de carne que los cuernavacenses consumen día con día, pues se prevé una inversión para el rastro municipal en el ejercicio 2023 que correspondería a la remodelación y mantenimiento, precisamente en el área donde se concentra la matanza del ganado.
En el proyecto de remodelación se buscará generar un sistema de biodigestión para que todos los fluidos como sangre y descargas de deshechos no afecten a la ciudadanía y con ello evitar, como lo señala la norma oficial, que las descargas afecten a los mantos acuíferos; pese a que esto no pone en riesgo a la población, el regidor señaló que es un tema de operatividad que hace que el rastro sea menos eficiente de lo que debería de ser.
Destacó que por ello se trabaja con la Comisión de Hacienda y con la Tesorería municipal para indicar cuál podría ser el monto autorizado para el rastro de Cuernavaca. El rastro cuernavacense es el de mayor funcionalidad en el estado ya que cumple con las características de acuerdo a las normas: «En ese sentido es una cuestión de responsabilidades mejorar las condiciones de la carne, precisamente la que consumimos todos los cuernavacenses y algunos municipios aledaños a la ciudad», mencionó el regidor.