Seúl (CNN Business) — Lee Kun-hee, el controvertido pero legendario titán empresarial que lideró el ascenso de Samsung de una modesta empresa surcoreana a un conglomerado multinacional, murió el domingo a la edad de 78 años.
Samsung calificó a Lee de «verdadero visionario que transformó a Samsung en el líder mundial en innovación y potencia industrial» en un comunicado que confirma su muerte.
Lee había estado en coma desde que sufrió un ataque cardíaco en 2014, pero seguía siendo presidente titular de la empresa.
«Todos en Samsung guardaremos su recuerdo y estaremos agradecidos por el viaje que compartimos con él», dijo la compañía.
El hijo de Lee, Lee Jae-yong, ha sido el líder de facto de la compañía desde el ataque cardíaco de su padre.
Cuando se le preguntó si el vicepresidente tomaría el cargo de presidente de su padre, Samsung declinó hacer comentarios.
El nacimiento de Samsung en la década de 1930
El padre de Lee, Lee Byung-chul, creó Samsung en la década de 1930 como una pequeña empresa comercial y se expandió al comercio minorista, la electrónica y otros campos.
Cuando el anciano Lee falleció en 1987, Lee Kun-hee heredó la compañía y pasó la siguiente década transformándola en una corporación global.
En 1983 hizo un famoso llamado a sus empleados para «cambiar todo menos a su esposa e hijos» en la búsqueda de llevar a la empresa a una nueva era.
Dos años más tarde, ordenó la quema masiva de productos Samsung que consideraba defectuosos, definiendo su visión de una empresa que antepone la calidad a la cantidad.
Los esfuerzos de Lee tuvieron éxito. El conglomerado ahora comercia con todo, desde electrónica y parques temáticos hasta seguros de vida.
Es un proveedor clave de chips de memoria y pantallas de visualización para fabricantes como Apple y Huawei, y ha sido el principal vendedor de teléfonos inteligentes del mundo durante varios años.
El conglomerado es ahora el más grande de Corea del Sur, con 424,8 billones de wones (376.000 millones de dólares) en activos, según la Comisión de Comercio Justo del país.
Es más grande que cualquiera de los otros «chaebol» de Corea del Sur, los gigantes conglomerados familiares que dominan la economía del país. Hyundai posee aproximadamente la mitad de los activos.
Un líder
Lee «lideró el crecimiento económico de Corea del Sur al convertir el negocio de semiconductores en la principal industria del país», escribió el presidente Moon Jae-in en una carta a la familia Lee que se hizo pública el domingo.
Sin embargo, el ascenso de Lee no estuvo exento de grandes controversias.
Los analistas han dicho durante mucho tiempo que el intercambio de favores, sobornos e influencia política entre políticos y empresarios es prácticamente endémico en el país.
Señalaron además que varios importantes ejecutivos de los chaebols surcoreanos se han visto envueltos en algún escándalo.
Lee fue condenado dos veces: una vez en 1996 por acusaciones de que había sobornado a políticos, y nuevamente en 2008 por cargos de evasión fiscal. En ambos casos, evitó la cárcel y recibió indultos presidenciales.
En los últimos años, la salud de Lee se deterioró. Venció al cáncer de pulmón, pero fue hospitalizado por neumonía y problemas respiratorios.
En 2014, entró en coma después de sufrir un ataque cardíaco y nunca se recuperó.
El heredero, en problemas
El hijo de Lee y líder de facto de la compañía, quien también es conocido como Jay Y. Lee, ha enfrentado sus propios problemas legales.
Fue declarado culpable de soborno y otros cargos de corrupción en 2017 y cumplió menos de un año tras las rejas antes de que un tribunal de apelaciones desestimara algunos de los cargos y suspendiera su sentencia.
Y el mes pasado, el vicepresidente fue acusado formalmente por una controvertida fusión en 2015 que lo ayudó a reforzar el control sobre la compañía.
No está claro quién heredará eventualmente las acciones de Lee en el conglomerado.
Lee posee más del 4% de Samsung Electronics, más del 20% de Samsung Life Insurance y casi el 3% de Samsung C&T, una entidad de construcción e inversión. Sus acciones valen miles de millones de dólares.
Los precios de las acciones de algunas de las divisiones que cotizan en bolsa de la compañía se dispararon el lunes en Seúl debido a las especulaciones sobre lo que significaría la muerte de Lee para la estructura del conglomerado.
La familia puede verse obligada a vender algunas de las acciones de Lee para pagar un enorme impuesto a la herencia, según Eun Kyung-wan, analista de la firma de valores Meritz.
Eun agregó, sin embargo, que es poco probable que ocurra una «reestructuración completa» del conglomerado en este momento.
«Solo será posible una vez que se disipe la imprevisibilidad del enjuiciamiento de Lee Jae-yong», dijo Eun