Seductor y prodigioso fue el concierto del Dúo Khordè, conformado por una guitarra que le cantaba al viento y una portentosa voz que abrazaba todos los sentidos en una radiante atmósfera de luz.
Ellos son: Jacinta Barbachano —soprano—, y Pablo Garibay en la guitarra, quienes comparten un ambicioso proyecto cuyo principal objetivo es la correcta fusión y el balance musical que han consolidado por su alto nivel profesional.
Todo empezó a las 12:30 de la tarde en uno de los jardines más bellos de Cuernavaca, como si nos trasladásemos a un mundo perfecto, más allá de los pájaros, como una ventana de canto iluminado en donde todo era posible a través de la contemplación de los majestuosos árboles que nos miraban en silencio en esa tarde impensada, poniéndonos a soñar a pleno sol.
Fue un maravilloso hallazgo acústico entre la verde naturaleza y el fresco albor de las hojas sueltas que a veces bailaban divertidas en el césped, y el siempre maravilloso sonido del agua que corría por su riachuelo como trasfondo de las bellas melodías que adornaban los oídos, dejándonos en el lenguaje de todo silencio.
Así son de imperdibles espectáculos de los Amigos de la Música de Cuernavaca, siempre ocupados en brindar lo mejor de la música clásica y de la ópera.
