El torreón del Museo Regional Cuauhnáhuac “Palacio de Cortés” será restaurado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debido a daños ocasionados por el sismo del 19 de septiembre del 2017 que comprometieron la estabilidad de la estructura.
Tras las afectaciones, el inmueble histórico ha estado en constante vigilancia de un equipo multidisciplinario, bajo la supervisión del INAH, de especialistas en arquitectura, ingeniería, museografía y otras disciplinas. El estudio de este elemento ha permitido comprender los comportamientos estructurales de esta parte, de acuerdo con Fernando Duarte Soriano, coordinador del área de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos.
El edificio es uno de los más antiguos de México y sufrió daños en puntos específicos de su arquitectura después del movimiento telúrico, específicamente en el torreón de su esquina norponiente. Este fue colocado en 1910 en conmemoración del Centenario de la Independencia.
El palacio fue terminado en 1535 por Hernán Cortés y fungió como sede oficial del Marquesado del Valle de Oaxaca, casa del conquistador y su descendencia hasta 1629. En 1747 sirvió como cárcel. En 1971 fue transferida al INAH y tres años después se declaró sede del Museo Regional Cuauhnáhuac y es uno de los edificios más representativos la ciudad de Cuernavaca del estado de Morelos.
La torre y su reloj fueron añadidos posteriores por el Centenario de la Independencia del país durante el régimen de Porfirio Díaz. Lo anterior originó una “junta fría” que se vio agravada por el sismo en el que impactó el costado suroriente del inmueble, lo que causó el desplazamiento en la estructura de la torre.
“La cortante, la cual se creó hacia la mitad del cilindro, nos llevó a diversos análisis y estudios estructurales a fin de lograr su conservación”, de acuerdo con Duarte Soriano, por lo que “en primer lugar, se decidió crear un área de protección para mantener la seguridad de los visitantes, peatones y trabajadores”.
Para arreglar la situación se decidió desmontar el torreón para aligerarlo estructuralmente con base en los análisis del Centro INAH Morelos, las coordinaciones nacionales de Monumentos Históricos, de Obras y de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, y la empresa encargada de los trabajos.
Las obras consisten en la colocación de un esqueleto interno de madera que tendrá un peso menor estimado en 2.54 toneladas. La anterior era de mampostería y tenía un peso de 44 toneladas.
Esa propuesta contempla la integración de 3 mil 722 piezas que conforman madera, tornillos, placas de acero entre otros elementos que conforman el torreón desde la base hasta las cornisas de la misma, así como un sistema de pararrayos que estaba antes de la restauración.
De acuerdo con el arquitecto, tendrá los mismos acabados con aplanados de cal y arena con la misma pigmentación conocida por los habitantes; de igual forma la estructura está pensada para permitir la reinstalación de la maquinaria y las caratulas del reloj el cual fue desmantelado por personal especializado y se encuentra bajo resguardo al interior del museo.
Con respecto a mantener la integridad y características del torreón, Duarte comentó: “Soy de Cuernavaca, por lo que sé lo que la torre y el reloj representan para la ciudad, y para nosotros como INAH y como equipo en general, es un orgullo poder garantizar el funcionamiento y la estabilidad estructural de un inmueble como este”.
Las labores se llevarán a cabo a lo largo del 2022, lapso que también servirá para consolidar el edificio y la redacción de un nuevo guión museográfico para las áreas de exhibición del recinto.