Así debería ser la dieta de los más pequeños en verano

Así debería ser la dieta de los más pequeños en verano

Es importante conocer cuáles son los alimentos que deben evitar los bebés durante la época estival

Llevar a cabo una alimentación equilibrada y saludable es fundamental, no solo para los adultos, sino también para los más pequeños.

Y aún es más importante en verano, cuando nuestras rutinas cambian, pasamos mayor tiempo fuera de casa e incluso nos vamos de vacaciones a otros lugares, por lo que descuidamos nuestro estilo de vida habitual.

Con tal de ayudar a los padres a organizarse, la startup Roots Mindfoodness ha elaborado un decálogo con consejos para garantizar que los pequeños de entre 6 y 12 meses de edad lleven una comida saludable también en verano, la época en la que más solemos descuidar nuestros hábitos.

Alimentos muy beneficiosos en verano
En primer lugar, desde esta entidad recomiendan aprovechar la fruta de temporada, ya que durante el verano es abundante. El plátano, el aguacate, el albaricoque y el melocotón son frutas estivales que los más pequeños pueden consumir en el inicio de la alimentación complementaria.

Además, también son de temporada verduras como la calabaza, el calabacín, la judía verde, el tomate, la zanahoria o el pimiento rojo. Todas ellas pueden ser consumidas forma de batido, machacadas o en trozos hechas al vapor.

En cuanto a las legumbres, los expertos insisten en que también son clave para el aporte de fibra y vitaminas, por lo que deben estar presentes tanto en verano como en invierto. Estos alimentos proporcionarán fibra, vitaminas y minerales muy beneficiosos para que los pequeños eviten sufrir trastornos digestivos como la diarrea.

Por otro lado, desde Roots advierten de la importancia de no olvidar las proteínas. Así, con tal de consumirlas, se deben incluir en la dieta pescados blancos como la merluza y carnes como pavo o pollo para ese aporte proteico.

Otras fuentes ricas en proteína pueden ser las carnes blancas y magras, pescados azules pequeños, huevo, legumbres, cremas de frutos secos y semillas.

En cuanto a los helados, en Roots los recomiendan, siempre y cuando sean caseros. Los expertos aseguran que una forma efectiva de calmar el dolor que les produce el crecimiento de los dientes y de darles fruta de forma fresca es con helados caseros. “Podemos machacar un plátano, meterlo en moldes de silicona en el congelador y, tras unas horas, nuestro peque tendrá un polo de fruta saludable y natural con el que disfrutar de una buena merienda”, explican.

Alimentos a evitar durante la época estival
Desde Roots Mindfoodness, los profesionales también advierten de una serie de alimentos que son convenientes evitar en verano.

En este sentido, los bebés de 6 a 12 meses no pueden tomar alimentos como carnes, pescados o huevo crudo ni sus derivados. Tampoco se pueden ingerir acelgas, borrajas ni espinacas, debido a su contenido en nitritos; ni embutidos, vísceras, algas marinas, zumos, sal, azúcar, miel, endulzantes o edulcorantes de cualquier tipo.

Por supuesto, los niños de esta edad tampoco deberán consumir bollería, dulces, chucherías ni procesados, ya que comprometen su salud y, a largo plazo, puede resultar perjudicada. “El verano no debe ser un momento de descontrol de nuestros hábitos ni de los del bebé”, aseguran los expertos de Roots.

Además, esta entidad recomienda no retrasar la ingesta de los alimentos que están considerados como alérgenos. Sin embargo, en época de vacaciones, viajes o excursiones, no es recomendable comenzar a introducir nuevos alimentos si se desconoce la posibilidad de reacción alérgica, ya que puede ser peligroso.

Por tanto, en estas situaciones, es mejor no arriesgar y proporcionar alimentos que el bebé ya conoce.

El miedo al rechazo de alimentos
En este sentido, desde Roots recuerdan que el miedo al rechazo a probar alimentos nuevos o desconocidos, conocido como neofobia, es totalmente normal y común, y especialmente cuando se va de viaje, un momento en el que el bebé no está en su zona de confort y el proceso puede aumentar.

Los expertos aseguran que no hay que preocuparse por ello, ya que se trata de algo habitual o pasajero. De este modo, en estas situaciones, es importante respetar la velocidad, las sensaciones de hambre y la forma de comer de cada niño, sin obligar o forzar a ingerir alimentos.

Así, explican que, como consejo, se pueden preparar los alimentos de una forma atractiva para el niño, mezclando texturas, colores y presentándolos de manera divertida.

La importancia de la higiene y la hidratación
Los expertos insisten en que es muy importante tener en cuenta la hidratación, y recuerdan que, si el pequeño es lactante, con la leche materna se hidratará.

Además, quieren hacer hincapié en los horarios y tomas de comida, recordando que el verano es un buen momento para aprovechar la flexibilidad horaria y comer en familia con los más pequeños. Esto les ayudará a crear un sentimiento de conexión, estabilidad y rutina, además de establecer unos hábitos alimentarios saludables.

Por último, los expertos de la startup Roots Mindfoodness recuerdan que hay que llevar a cabo unas buenas prácticas de higiene para prevenir y reducir el riesgo de diarrea, trastorno digestivo muy común entre niños de 6 a 12 meses.

Así, es muy recomendable lavarse las manos con agua caliente y jabón antes y después de la manipulación de alimentos, tras contactar con cualquier material sucio, como pañales, animales o basura, y después de usar el baño.

Fuente: Mundo Deportivo

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