El proceso electoral estará rodeado de caras conocidas, pandemia y hartazgo social
El próximo proceso electoral en Morelos será atípico, muy singular y extraño en muchas formas; por primera ocasión serán 22 partidos políticos quienes disputarán en las urnas los espacios de las 20 diputaciones locales, 33 ayuntamientos y cinco lugares para el Congreso de la Unión. Si bien desde septiembre pasado comenzó a correr el calendario electoral, aún no entrábamos a la precampaña y los partidos con sus colores y siglas han comenzado a descalificarse.
Para muchos por esta causa el escenario que viene es sin duda de incertidumbre, de dudas sobre cómo los partidos políticos se estarán organizando, y si bien ya comienzan a surgir acuerdos y frentes, no todo está dicho, y será un verdadero entramado saber cómo las fuerzas políticas ofertarán sus mejores cartas a los ciudadanos.
Hay que recordar que las elecciones de 2021 se llevarán a cabo el domingo 6 de junio, y en ellas se renovarán los titulares de las 20 diputaciones, entre estos 12 diputados de mayoría relativa y ocho designados mediante la vía plurinominal. Además de los 36 ayuntamientos compuestos por un presidente municipal, un síndico y sus regidores. Todos, electos para un periodo de tres años.
Con la apertura del calendario electoral ordinario 2020-2021, el secretario de gobierno, Pablo Ojeda, en su momento, asumió el compromiso del Gobierno del Estado para trabajar en colaboración con el organismo electoral local a fin de garantizar jornadas pacíficas y seguras.
Dejaba en claro que como gobierno se comprometía a cabalidad a respetar la ley electoral, garantizando que su labor no interfiera de ninguna manera con el proceso, siempre con respeto irrestricto de la autonomía del órgano electoral.
Pero ¿realmente será así?, para Rafael Cepeda, de la Unidad Revolucionaria perteneciente al PRI en el estado, será un proceso electoral único y muy difícil para todos los participantes y para los ciudadanos.
«Creo que algunos partidos tienen la posibilidad de posicionarse en el ánimo ciudadano de cara al proceso, pero siempre y cuando vayan nuevos candidatos; dicen algunos que la gente está harta de la política y eso es mentira, aquí en Morelos está harta pero de los mismos personajes en los partidos, los amigos, los compadres, los hijos.”
El pasado 30 de noviembre las dirigencias estatales del PRD y PRI, en un comunicado conjunto, demandaron del gobierno de Cuauhtémoc Blanco aplicar un «piso parejo» y sobre todo criticaron la falta de resultados del Ejecutivo.
En respuesta, el hermano del gobernador y dirigente del PES en la entidad, Ulises Bravo, planteó en su opinión, con palabras coloquiales, para ambos tener «tantita madre» para pedir algo que durante muchos años omitieron hacer cuando estaban al frente en los cargos públicos.
Incluso el PES salió en defensa del gobernador y acusó que la falla estaba en que no se informaba de manera adecuada, pero el jefe del Ejecutivo estatal trabajaba mucho y no descuidaba su responsabilidad.
Aunque el proceso electoral no ha comenzado, especialistas y analistas no se atreven a señalar cuál será el final o algún pronóstico, solo han surgido algunas encuestas muchas de ellas subsidiadas, pero que colocan al partido del presidente de la republica supuestamente en las preferencias ciudadanas, porque han tratado de deslindarse de su aliado, el PES, que ha sufrido el desgaste de estar al frente del gobierno estatal.
Todo parece indicar que sobre el proceso electoral que arrancará con fuerza en los primeros días de enero del 2021 nada está dicho, y lo mejor está por venir, en los primeros escarceos se deja ver el tamaño de los golpes que se aventarían cada una de las alianzas o frentes que alcancen a consolidarse. Sumado a la incertidumbre que prevalece peor la pandemia que restringe las reuniones, complicará todavía más el convencer de una oferta política a los ciudadanos y hacerlos salir de casa a tiempo si es que la pandemia no esconde los votos antes.